¿No lo quiero ver?

noviembre 25, 2011

Tras más de una década de decepciones, muchos rojiblancos han perdido la capacidad de afrontar el derby con optimismo. Creo que nunca hemos ido al Bernabeu con menos expectativas. La hora es buena para que no nos amarguen la noche utilizando la cena como analgésico. Yo, por si acaso, lo quiero ver.
La evolución del problema europeo empieza a asustar a alemanes y americanos. El valor del Bund como refugio se ha agotado (lo avisamos hace semanas) y los mercados empiezan a perder dinero también con Deuda alemana. La solución , sea la que sea, pasa por el BCE (único generador de euros) y por redefinir los equilibrios políticos y fiscales. La zona euro no necesita dinero pero sí sus partes.
España ha elegido con claridad. Vamos a ver cómo se traduce ese mandato a la realidad. No quiero ver lo que pasará si el siguiente castigado por las urnas es el PP. El voto catalán parece demostrar que los ciudadanos están valorando las decisiones de los políticos con calma. Pero no todos somos iguales.
La idea del banco malo va ganando adeptos. La situación de liquidez se afronta con lecturas generosas por parte del Banco de España. La absurda situación de capital lleva a aceptar canjes de preferentes por convertibles (BBVA ya y más pronto) y la reactivación del proceso de fusiones y adquisiciones en el sector. El vencimiento de las «ayudas» del FAAF servirá para aliviar el fin de año del Tesoro. La demanda minorista de Letras (ya dije que el mecanismo de los depósitos tenía que vincularse a ellas) puede dejar de ser anecdótica y complicar las cosas (más).
La venta de la CAM («lo peor de lo peor»), la intervención del Banco de Valencia, las reuniones de Rajoy, subrayan la extrema necesidad del sector sin el que no cabe recuperación. Los malos de la película tendrán que cambiar pronto. El chivo expiatorio es el animal del que se aprovecha todo y todos.
Recuerdo la última victoria en el viejo Chamartín. Quiero volver a ver esa imagen y el sábado es la primera ocasión.